En la búsqueda constante por proteger nuestra salud, el lavado de manos se ha consolidado como una de las prácticas más efectivas. Sin embargo, surge una pregunta común: ¿es lo mismo usar jabón y agua que un desinfectante de manos? La respuesta corta es no. Ambos son herramientas valiosas en nuestro arsenal de higiene, pero poseen características distintas y momentos específicos para su uso óptimo.
Comprender estas diferencias es fundamental para garantizar una protección efectiva en cualquier situación.
Jabón y agua: El estándar de oro de la limpieza
El jabón, actúa a nivel físico y químico para remover la suciedad, la grasa y los microorganismos de la piel. Sus moléculas especiales (surfactantes) ayudan a encapsular la suciedad y los gérmenes, permitiendo que sean arrastrados por el agua. La acción de frotar las manos crea fricción que contribuye a desprender las partículas.
Características del lavado con jabón y agua:
Remoción física: Elimina visiblemente la suciedad, la grasa y la mayoría de los gérmenes presentes en las manos.
Amplio espectro: Es eficaz contra una amplia variedad de patógenos, incluyendo virus con y sin envoltura, y bacterias.
Versatilidad: Es la opción preferida cuando las manos están visiblemente sucias o grasosas, o después de usar el baño.
Hidratación: Algunos jabones incluyen agentes humectantes que ayudan a proteger la piel con el uso frecuente.
Conoce más de la importancia del lavado de manos con agua y jabón en nuestro artículo ¿Por qué es tan importante lavarse las manos?
Desinfectante de manos: Tu aliado cuando el jabón no está cerca
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) “Es la medida más importante para evitar la transmisión de gérmenes perjudiciales y evitar las infecciones”.
Los desinfectantes de manos, también conocidos como geles o soluciones a base de alcohol, están diseñados para inactivar o matar microorganismos presentes en la piel, sin necesidad de agua. Su ingrediente activo principal suele ser el alcohol (etanol o isopropanol) en concentraciones que generalmente oscilan entre el 60% y el 95%.
Características del desinfectante de manos:
Inactivación química: Mata o inactiva una amplia gama de bacterias y virus al desnaturalizar sus proteínas.
Conveniencia: Es ideal para situaciones donde no hay acceso a agua y jabón, como en el transporte público, después de tocar superficies de alto contacto, o en entornos hospitalarios entre pacientes.
Rapidez: Su acción es casi inmediata tras la aplicación correcta.
No reemplaza el lavado: No elimina la suciedad visible, la grasa o ciertos tipos de gérmenes como esporas bacterianas o algunos parásitos.
¿Cuándo usar jabón y cuándo usar desinfectante?
La clave para una higiene de manos efectiva reside en saber cuándo aplicar cada método:
Siempre usa jabón y agua cuando:
Tus manos estén visiblemente sucias, grasosas o embarradas.
Después de usar el inodoro.
Antes, durante y después de preparar alimentos.
Antes de comer.
Después de toser, estornudar o sonarse la nariz.
Después de manipular basura.
Después de tocar animales o sus desechos.
Usa desinfectante de manos cuando:
No tengas acceso inmediato a agua y jabón.
Después de tocar superficies de alto contacto en lugares públicos (manijas de puertas, carritos de supermercado, pasamanos).
Antes de comer si no hay lavabo cerca.
Para complementar el lavado de manos en entornos que requieren una higiene estricta (personal de salud entre tareas, por ejemplo).
Como un paso adicional de higiene, incluso después de lavarse las manos si lo deseas, en entornos de alto riesgo.
Para cada una de estas dos opciones debes de tomar en cuenta que se necesita un correcto proceso de limpieza de manos. Algunos recursos que te recomendamos para ello son:
En resumen, el jabón y el agua son la primera línea de defensa para una limpieza completa. El desinfectante de manos es un complemento poderoso, especialmente útil para momentos intermedios o cuando no hay acceso a un lavabo. La combinación estratégica de ambos te brinda la mejor protección en todo momento.
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Referencias:
U.S. Food & drug administration.
Centers for Disease and Prevention